El sector de la Defensa es uno de los más implicados en el desarrollo que se está viviendo a nivel tecnológico dentro de un escenario en el que la innovación y la investigación están marcando las huellas del futuro. Es, concretamente, la apuesta por la digitalización tanto en la Industria como en el talento dentro de las Fuerzas Armadas lo que hace que contemos con un Ejército preparado para futuros combates.
A día de hoy, existe un acelerado desarrollo tecnológico que obliga a adaptarse a la llegada de herramientas como la Realidad Aumentada, vehículos inteligentes o sistemas de mando y control que trabajan con la Inteligencia Artificial. La llegada de la digitalización al sector no solo supone la necesidad de incorporar estos avances tecnológicos, sino también es una oportunidad contar con las ventajas que trae este sector, proporcionando nuevas posibilidades.
Aunque se hable del Ejército del futuro, resulta que estas tecnologías ya forman parte de nuestra actualidad. Algunas de las herramientas que ya se están empleando para complementar la seguridad de las Fuerzas Armadas son los Bots todo terreno. Estos dispositivos disponen de chips de Inteligencia Artificial que, a través de control software, permite memorizar rutas, reconocer obstáculos o salvarlos con cierta seguridad.
Otras tecnologías que destacan es el uso de la Realidad Aumentada. Aplicaciones tipo “sandbox”, que funcionan a través de la proyección de tintas isométricas, ayudan a solventar los problemas de comunicación a la hora de detallar las líneas de acción en cualquier misión de forma visual.
La innovación e investigación ha servido también para tener en cuenta elementos determinantes como es la ropa. La incorporación de tejidos inteligentes en los uniformes permite recoger información a tiempo real como el calor en las piernas u otras constantes corporales vitales. Gracias a este software, se puede incluso predecir una futura lesión y salvar vidas gracias al tiempo de reacción que aporta.
Sin embargo, tener a disposición esta cantidad de herramientas no serviría de nada sin un conocimiento que dote al Ejército de la capacidad de trabajar en sintonía con estas nuevas adquisiciones. Por ello, una de las iniciativas que se han tomado para sacar provecho a las actuales y futuras herramientas ha sido Fuerza 35. Un proyecto que pretende, de cara a 15 años, integrar a través del conocimiento las capacidades necesarias para liderar el sector de la alta tecnología en el campo de batalla y traer a los combatientes un entendimiento del mundo tecnológico mucho más amplio.
